Europeos críticos ante el manejo de derechos humanos y laborales en Catar
Aunque destacaron los progresos mostrados en los últimos años por Catar, siguen presentando inconformidades de cara a los derechos humanos.
La Comisión Europea destacó este lunes los progresos que Catar ha realizado en los últimos años en materia de derechos laborales de cara a la celebración del Mundial, en contraste con un hemiciclo del Parlamento Europeo que condenó la celebración del torneo en este país de manera casi unánime.
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Durante un debate parlamentario sobre la situación de los derechos humanos en Catar, la comisaria europea de Sanidad, Stella Kyriakides, señaló que la legislación catarí ha sido "protagonista global" durante la preparación del torneo y se refirió a cifras de la Organización Internacional del Trabajo que registran 50 muertos y más de 500 heridos durante la construcción de esas infraestructuras en 2020.
"Cada una de esas muertes es, por supuesto, una tragedia. Pero Catar ha logrado progresos significativos en derechos laborales en los últimos años", dijo la comisaria, que aseguró que fue el primer país del golfo Pérsico en desmantelar un modelo de explotación laboral que permite monitorizar a los trabajadores migrantes y que ha introducido un "salario mínimo no discriminatorio".
Kyriakides se mostró convencida de que la organización del Mundial y la "evidencia de las deficiencias existentes" aceleraron las " las reformas laborales" en el país, pero señaló que hay "numerosos retos pendientes" en la recopilación de datos sobre fallecidos y heridos durante la construcción de estadios, el pago de salarios a miles de trabajadores migrantes o, sin elaborar más, "los derechos de las personas LGBTIQ".
"Catar tiene ahora una oportunidad de mostrar al mundo que está preparado y dispuesto a seguir en su camino de apertura, tolerancia y modernización", concluyó.
Menos complacientes fueron los eurodiputados que participaron en el debate posterior, muy críticos con la legislación de derechos humanos y laborales catarí y con aspectos como la huella climática del torneo con estadios climatizados y la ausencia de un fondo de compensación a las familias de los trabajadores migrantes muertos como el que han pedido varias ONG.
"Ningún país debería esperar a este tipo de evento para ponerse a trabajar en los derechos humanos. La situación ya era complicada cuando se decidió otorgarle la celebración", criticó la socialdemócrata María Arena, que pidió revisar cómo están actuando las empresas europeas en Catar.
Tomasz Frankowski, del Partido Popular Europeo, fue algo menos crítico y coincidió con la comisaria en las reformas que "ya han tenido lugar", aunque apuntó a que hacen falta "garantías" de que los esfuerzos continuarán después del Mundial y de que, de cara a la selección de futuras sedes de eventos, se saquen "conclusiones".
"Espero que el mundo de la política y el mundo del deporte puedan sacar conclusiones y que los próximos eventos sean celebrados en pleno respeto de los derechos humanos", apuntó.
Otros, como la liberal Katalin Cseh o la izquierdista Manon Aubry, se refirieron a las amenazas con sanciones deportivas de la FIFA a las selecciones que pretendían jugar con brazaletes en apoyo a la comunidad LGTBIQ+.
Mientras que Cseh aseguró que la decisión "demuestra que no comprenden el espíritu del deporte", Aubry exhibió este mismo brazalete ante el Parlamento y recibió una reprimenda de la vicepresidenta que en ese momento dirigía la sesión por llevar un símbolo no permitido en el hemiciclo.
"Este domingo empezó el Mundial, pero ya podemos decir que quien ha ganado es la vergüenza", criticó Aubry.
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El diputado de los Verdes Ernest Urtasun pidió a las instituciones europeas que "denuncien los atropellos" tanto a los derechos humanos como los relativos al coste climático y reclamó el fondo de compensación a las familias de los trabajadores migrantes fallecidos.