El Mayo Zambada comparecerá ante un juzgado en Nueva York
El confundador del Cartel de Sinaloa fue capturado hace dos meses en Texas y deportado hacia Estados Unidos
Ismael “El Mayo” Zambada, uno de los líderes más poderosos y enigmáticos del narcotráfico mexicano, se enfrentará a la justicia en Nueva York este viernes, en un proceso judicial que ha generado gran expectación tanto en Estados Unidos como en México.
El narcotraficante, de 76 años, fue arrestado el pasado 25 de julio tras aterrizar en un avión privado en un aeropuerto cercano a El Paso, Texas. Según las autoridades federales, viajaba acompañado de Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, el antiguo líder del cártel de Sinaloa, que actualmente cumple cadena perpetua en una prisión de máxima seguridad en los Estados Unidos. Aunque aún no está claro por qué Guzmán López decidió entregarse, lo que ha causado mayor asombro es la afirmación de Zambada de que fue secuestrado en México y llevado a la fuerza a EE.UU. UU. por el hijo del Chapo, sugiriendo una traición o estrategia que añade una capa de enigma al caso.
Zambada ha sido considerado uno de los narcotraficantes más escurridizos y peligrosos del mundo. Los fiscales estadounidenses, que han solicitado al juez ser detenido sin posibilidad de fianza, lo describen como el líder de una organización criminal extremadamente violenta y poderosa, que ha dominado el tráfico de drogas desde México hacia varios países, incluyendo Estados Unidos. En una carta al juez, los fiscales indicaron que Zambada “mantenía un arsenal de armas de grado militar para proteger su persona, sus drogas y su imperio”.
La seguridad personal de Zambada, según la fiscalía, consistía en una fuerza privada armada que no solo le servía como guardaespaldas, sino que también protegía los cargamentos de drogas que se movían entre México, Colombia, Ecuador y otras naciones.
Los cargos contra Zambada incluyen la operación de un ejército de sicarios responsables de asesinatos y secuestros para mantener el control del cartel, eliminar a rivales y silenciar a informantes. Entre estos actos de violencia, los fiscales subrayan que Zambada ordenó recientemente el asesinato de su propio sobrino, en una muestra de la brutalidad con la que dirige la organización. Este asesinato, que presuntamente ocurrió solo unos meses antes de su detención, forma parte de la evidencia que las autoridades pretenden presentar en su contra.
A pesar de estas acusaciones, Zambada se declaró inocente durante una comparecencia anterior ante un tribunal de Texas, en un movimiento que ha sido interpretado por algunos como el inicio de una posible estrategia legal que buscará desmentir las afirmaciones del gobierno estadounidense.
La captura de Zambada ha desatado una ola de violencia en México, particularmente en Sinaloa, donde las facciones del cártel leales a Zambada han comenzado a enfrentarse con otras facciones controladas por los hijos de El Chapo. La capital del estado, Culiacán, ha sido testigo de violentos enfrentamientos que han causado varias bajas y provocado el cierre de escuelas y negocios, convirtiendo a la ciudad en un estado de incertidumbre y temor.
El cartel de Sinaloa, que en su momento fue la organización criminal más poderosa y temida en América Latina, ha experimentado divisiones internas desde la detención de El Chapo en 2016 y su posterior extradición a Estados Unidos. Mientras los hijos de El Chapo, conocidos como “Los Chapitos”, han buscado consolidar su poder dentro del cartel, Zambada ha mantenido una facción independiente, más discreta pero igual de letal.